Los sicólogos siempre han pensado que la mayoría de adultos padece de una "amnesia de la niñez", una circunstancia que nos hace olvidar muchos aspectos vividos cuando éramos niños. Sin embargo, un nuevo estudio, publicado esta semana en la revista Child Development, indica que incluso seis años después de un evento, un pequeño porcentaje de niños de dos años de edad pudo recordar.

"Estamos interesados en conocer la memoria de estos niños por lo que nos pueden decir de la memoria en general" señala Fiona Jack, investigadora principal de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda. "La mayoría de adultos no recordamos nuestra infancia, es solo a partir de los tres o cuatro años de edad que podemos empezar a recordar".

En su estudio, los investigadores idearon un "mágico" artilugio para captar la atención de los niños. Les pedían que pusieran un juguete en la parte superior de un artefacto y luego que accionaran una palanca de manivela. Entonces una mini versión del juguete salía en la parte inferior, con un acompañamiento de luces y sonido. Se entrenó a 46 niños entre los 27 y 51 meses de edad durante dos días. Al tercer día a los chicos se les preguntó por la caja, cómo usarla, si la recordaban, etc.

Estas entrevistas de tres días fueron repetidas seis años después. Antes de mencionarles la caja "mágica", los investigadores les mostraron una medalla por haber participado de la actividad, preguntándoles si recordaban algo. A los padres se les preguntó lo mismo.

Sólo una quinta parte de los niños fueron capaces de recordar la caja "mágica". Curiosamente, esto no fue estratificado por edad, dijeron los investigadores. Incluso, dos de los más chicos, que eran menores de 3 años de edad en el momento en que utilizaron la máquina, fueron capaces de recordar. La mitad de los adultos sí recordó el juego y cómo funcionaba.

Los investigadores observaron luego las características de personalidad entre los niños que recordaron. Los investigadores no encontraron indicios de que algún rasgo particular de personalidad hubiese colaborado con esta "memoria prodigiosa". Lo que sí se descubrió, luego de conversar con los padres, es que los niños que recordaban habían pasado mucho tiempo, de días a semanas, hablando de la caja.

Esto indica que hablar sobre el evento poco después de que ocurre puede ayudar a conservarlo en la memoria de los niños.

En promedio, los niños que recordaron los hechos seis años más tarde hablaron mucho del evento poco después de ocurrido. "La participación activa en la conversación podría haber ayudado al desarrollo de la memoria en general y sobre este evento en particular" dijo Fiona Jack.

Información de LiveScience. Versión, edición y traducción de Eduardo Villanueva para Sophimanía

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