En el prístino y congelado continente antártico, los científicos temen una invasión alienígena. Pero no del espacio exterior, sino de algo que viene en los bolsillos y maletas de los visitantes. Semillas y plantas accidentalmente llevadas a la Antártida por los turistas y los científicos pueden afectar la supervivencia de las plantas nativas y el equilibrio de sus ecosistemas.

Las plantas foráneas son la amenaza más importante que tiene la conservación en la Antártida, especialmente ahora que el cambio del clima derrite el hielo del continente. Así lo sostiene un reporte reciente de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

Más de 33 mil turistas y siete mil científicos vistan la Antártida cada año. Llegan por barco o por aire y se ha hallado que muchos de ellos llevan, generalmente sin saberlo, semillas de sus países de origen.

Los investigadores revisaron a los viajeros minuciosamente: bolsillos, ropas, equipaje, zapatos y demás artículos de viaje en busca de semillas ocultas. Se halló que en promedio, cada persona lleva a la Antártida 9.5 semillas en su ropa o equipaje.

"Esto es una potencial amenaza" dice Dana Bergstrom, de la división antártica de Australia, quien teme que esta "invasión" destruya la biodiversidad del continente helado, el que ahora es considerado un punto central en la problemática del calentamiento global, lo que facilita la propagación de nuesvas especies recién llegadas.

Información de Reuters. Versión, edición y traducción de Sophimanía

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