La organización no gubernamental Environmental Investigation Agency, (EIA por sus siglas en inglés) dedicada a investigar y denunciar crímenes medio ambientales en todo el planeta, informó que entre el 2008 y el 2010 empresas peruanas exportaron a EEUU 112 embarques de madera de origen ilegal.

Especies como la caoba están protegidas por las leyes peruanas, que establecen que sólo puede explotarse en zonas dadas en concesión a ciertas empresas. La ley de la jungla, sin embargo, es distinta: fuera del control o monitoreo del estado, muchos se dedican a talar caoba y cedro en zonas que no tienen concesión, madera que luego venden de forma ilegal a empresas formales, que la hacen pasar por caoba y cedro de sus áreas de concesión, madera que posteriormente es exportada.

Si bien la existencia de estas mafias es inherente a zonas donde hay poca vigilancia y presencia del estado, en el Perú el volumen de sus actividades no es residual, sino todo lo contrario. Según reporta la EIA, entre el 2008 y el 2010 varias empresas peruanas exportaron a EEUU 112 embarques completos de madera de origen ilegal (caoba y cedro). De acuerdo a EIA, el 62% de esos embarques fueron de Maderera Bozovich, una de las más importantes.

La EIA llega a esta conclusión luego de analizar información obtenida por Osinfor (Organismo de supervisión de los recursos forestales y de fauna silvestre del Perú ), según la cual los árboles que llegaron a Estados Unidos no provendrían de los lugares donde sus guías de transporte forestal y autorizaciones dicen que fueron talados. Esta práctica, según la cual documentos legales encubren el tráfico de madera de origen ilegal, se conoce en la amazonía peruana como "vender volúmenes" o "lavar madera".

Muchos casos de este tipo han sido documentdos por la EIA, quien además de Maderera Bozovich menciona a Maderera Vulcano, Transforestal, Comercial JR Molina, Perú Traders, entre otras nueve empresas. Los exportadores peruanos responden que siempre compran "de buena fe" a los intermediarios, y que cada bloque cuenta con su documentación, algo que EIA no cree.

En el Perú, este tipo de delitos están penados, pero en la práctica nada ocurre, presumiblemente porque las cadenas de corrupción están muy extendidas. En EEUU podría ser diferente desde que el 2008 el Congreso de ese país aprobó la ley Lacey, que hace responsable a los compradores formales del origen ilegal de la madera que adquieren y los penaliza con hasta cinco años de cárcel y multas de hasta medio millón de dólares.

El TLC entre Perú y Estados Unidos también establece auditorías, verificaciones y sanciones contra embarques de madera que sean de origen ilegal.

Pero, de la parte peruana, la solución no está a la vista. La falta de presencia estatal, y la corrupción que campea en este rubro tiene como consecuencia que los árboles peruanos se depreden a ritmo acelerado, sin control ni sanción algunos.

Información de ElComercio.pe. Resumen de Sophimanía

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