Las mujeres que hacen ejercicio moderado pueden ser menos propensas a desarrollar cáncer de mama después de la menopausia, según un estudio realizado en EEUU. Los investigadores, cuyo estudio fue publicado en la revista Cancer, encontraron que más de 3,000 mujeres con y sin cáncer mamario que se habían ejercitado durante sus años fértiles, eran menos propensas a desarrollar la enfermedad.

Lo mismo ocurrió con las mujeres que hicieron ejercicio después de la menopausia, dijo el grupo dirigido por Lauren McCullough de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. Los resultados se suman a una serie de estudios anteriores que relacionan el ejercicio moderado con menores tasas de cáncer de mama. Pero todos los estudios sólo apuntan a una correlación y no demuestran que el ejercicio es en sí mismo lo que reduce el riesgo de las mujeres al cáncer de mama.

Sin embargo hay razones para creer que sí puede, según McCullough. Una forma posible es indirecta, mediante la reducción de grasa corporal, dijo. El exceso de grasa corporal se relaciona con mayores niveles de ciertas hormonas, incluyendo estrógenos, así como sustancias conocidas como factores de crecimiento que pueden alimentar el desarrollo del tumor. Pero el ejercicio moderado también podría tener efectos directos en la estimulación del sistema inmune o la capacidad del cuerpo para eliminar las células dañinas.

En el estudio, que incluyó a 1,500 mujeres con cáncer de mama y 1,550 sin él, todas de la misma edad, se les entrevistó acerca de sus hábitos de vida respecto al ejercicio y otros factores como fumar y beber. Los investigadores encontraron una conexión entre el ejercicio y el riesgo de cáncer de seno sólo entre las mujeres que ya habían pasado por la menopausia. Las que se ejercitaron durante 10 a 19 horas a la semana en sus "años reproductivos" tuvieron un tercio menos de probabilidades de tener cáncer de mama que las mujeres que habían sido sedentarias durante ese tiempo.

Las mujeres que empezaron a hacer ejercicio después de la menopausia también tuvieron un riesgo menor. Con un promedio de 9 a 17 horas de ejercicio a la semana, eran un 30% menos propensas a tener cáncer de mama que sus compañeras inactivas. Por supuesto, las mujeres que hacen ejercicio moderado pueden ser diferentes de las mujeres sedentarias de muchas maneras, así que los investigadores tomaron en cuenta las diferencias en educación, los ingresos, el tabaquismo y otros factores. El ejercicio seguía estando vinculado con un menor riesgo de cáncer.

Información de Reuters. Traducción y edición de Sophimanía

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