Durante cuatro décadas los científicos han debatido si los dinosaurios tuvieron sangre caliente o fría. Esta segunda posibilidad cobró más fuerza en los últimos años a partir de un análisis de las estructuras de los huesos similar al que se hace en los troncos de los árboles, que determinó que estos reptiles tenían sangre fría. Este tipo de animales, los ectotermos, necesitan de la luz del sol para vivir, como los lagartos y serpientes actuales.

Sin embargo algunos científicos reconocidos siguieron sosteniendo que los dinosaurios eran endotermos, es decir, que tenían sangre caliente, aunque sin un argumento lo suficientemente sólido. Uno de ellos era Jack Horner, asesor de Steven Spielberg sobre estos temas en la película Jurassic Park.

Una nueva investigación realizada en el Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP) le da otro giro al asunto. Durante años, los investigadores estudiaron los anillos de crecimiento en restos de huesos hallados en yacimientos paleontológicos. Estas estructuras contienen la información de los momentos en que el crecimiento del animal se detuvo o se hizo más lento de acuerdo a las condiciones climáticas, y por ello son llamadas líneas de parada del crecimiento (LAGs) por los científicos.

Estas líneas nunca se encontraron en animales de sangre caliente, con pocas excepciones como los osos, que cambian su ciclo de metabolismo cuando hibernan. Los dinosaurios sí tenían LAGs, y ese fue uno de los principales argumentos para sostener que tenían sangre fría, pero la investigación del instituto español descubrió la existencia de estas líneas en muchos animales de sangre caliente.

"La creencia de que no había LAGs en los huesos de animales endotermos era el argumento principal que sostenía la hipótesis de la ectotermia de los dinosaurios. Nosotros hemos desmontado este argumento", dijo Xavier Jordana, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los autores. El equipo analizó 115 fémures derechos de especies de 36 localidades distintas de África y Europa, que en abarcan casi todas las condiciones climáticas existentes.

Pero la investigación va más allá del debate sobre la termoregulación en los dinosaurios, pues plantea su aplicación directa en los estudios sobre la conservación del medioambiente actuales. "Podemos conocer detalles de la edad a la que ha muerto un individuo, a qué edad maduró sexualmente y cómo le están afectando cambios como los derivados del cambio climático", concluyó Jordana.

Información de ElMundo.es. Resumen de Sophimanía

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