Un grupo de científicos ha descubierto una manera natural para crear color que no se desvanece, un método que bien podría reemplazar a los pigmentos utilizados en la industria actualmente. Esta técnica usa extractos de plantas naturales en productos como los colorantes de alimentos, dándoles características de seguridad como las que tienen los billetes. El color estructural encontrado en plumas de pavo real, escarabajos y mariposas, logra producir un azul particularmente intenso, como en la planta Pollia condensata, según comentaron los científicos. Cabe explicar que las capas de celulosa reflejan longitudes de onda específicas de la luz.

El color de las frutas en las colecciones de plantas que datan del siglo XIX no ha perdido su brillo e intensidad, desde que fueron encontradas. La investigadora Silvia Vignolini, de la Universidad de Cambridge comentó: "Tomando inspiración en la naturaleza, es posible obtener materiales multifuncionales inteligentes que utilizan productos sostenibles, abundantes y baratos como la celulosa. Es 10 veces más intensa y brillante que cualquier otro color conseguido con un pigmento”.

Aunque la fruta no tenga ningún valor nutricional, las aves son atraídos por su color brillante, posiblemente como una decoración para sus nidos o para impresionar a sus compañeros, lo que ayuda a la dispersión de las semillas. A diferencia de los pigmentos, el color estructural no se desvanece con el tiempo, ya que no se descompone mediante la absorción de la luz. "Comestibles a base de celulosa de nanoestructuras con color estructural, se pueden utilizar como sustitutos de los colorantes tóxicos y colorantes de los alimentos", comentó Vignolini.

La industria del papel ya se está programando para extraer y utilizar la celulosa en sus procesos, y también se podría usar ese material para el etiquetado de seguridad o la fabricación de cosméticos, "La celulosa a base de estructuras tiene una respuesta óptica muy fuerte y es completamente inocua para el ser humano", indicó el  científico Peter Vukusic, de la Universidad Exeter.

Asimismo agregó que aunque algunas compañías de automóviles, como BMW, también han aprovechado el fenómeno para producir pintura iridiscente que cambia de color cuando se ve desde diferentes ángulos, "esto no es nada comparado con lo que puede verse en la naturaleza". Y añadió que la abundancia de celulosa, base de la mayoría del material vegetal verde, la convierte en un material con un gran potencial. La investigación será publicada en la revista PNAS.

Información de Reuters. Traducción y edición de Sophimanía

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