El CO2 o dióxido de carbono es un gas no inflamable, sin color, sin olor, que forma parte del aire. Lo emitimos los seres vivos por oxidación de azucares y otros compuestos que tienen carbono. Y ayudamos a emitirlo en grandes cantidades a partir de la combustión de todo combustible de vehículos de transporte, instalaciones industriales, y producto de los procesos de generación de energía eléctrica o de calefacción.

El CO2 es uno de los gases que ayudan a mantener la temperatura de la Tierra a niveles tolerables para la vida. Sin embargo, un exceso de CO2 se responsabiliza por el llamado "Efecto Invernadero" que contribuye a la elevación de las temperaturas en el planeta, y una de las causas principales del temido cambio climático. Investigadores de todo el mundo están buscando nuevas formas de generar energía que reduzca la huella de carbono, es decir, el impacto ambiental de los gases de efecto invernadero.

Ahora, científicos de la Universidad de Georgia, han encontrado una forma para transformar el dióxido de carbono o CO2 que queda atrapado en la atmósfera, en útiles productos industriales. Su descubrimiento puede conducir pronto a la creación de biocombustible derivado directamente del dióxido de carbono en el aire.

"Básicamente, lo que hemos hecho es crear un microorganismo que hace con el dióxido de carbono exactamente lo que hacen las plantas: absorberlo y generar algo útil", afirma Michael Adams, miembro de UGA's Bioenergy System Research Institute.

Durante el proceso de la fotosíntesis, las plantas usan la luz solar para convertir agua y dióxido de carbono en azúcares que las plantas utilizan como fuente de energía, al igual que los seres humanos queman las calorías de los alimentos.

Estos azúcares se fermentan en combustibles como el etanol; sin embargo, es extremadamente difícil extraer eficientemente los azúcares que quedan encerrados en el interior de las complejas paredes celulares de la planta.

"Lo que este descubrimiento significa es que podemos eliminar a las plantas como los intermediarios", explica Adams, quien es coautor del estudio que fue publicado en la edición online de Proceedings of the National Academies of Sciences. "Podemos tomar el dióxido de carbono directamente de la atmósfera y convertir en productos útiles como combustible o productos químicos sin tener que pasar por el proceso ineficiente de cultivo de plantas y la extracción de los azúcares", agregó.

Imagen: axxon.com.ar/

El proceso es posible gracias a un microorganismo único llamado Pyrococcus furiosus, que se genera, crece y desarrolla gracias a los carbohidratos que obtiene de los océanos que registran altas temperaturas. Mediante la manipulación de material genético del organismo, Adams y sus colegas crearon una especia de P. furiosus que es capaz de alimentarse, a temperaturas mucho más bajas, de dióxido de carbono.

Cuando se quema el combustible creado a través de P. furiosus, se libera la misma cantidad de dióxido de carbono utilizado para crearlo; es decir, se libera carbono neutral, una alternativa mucho más limpia que la gasolina, el carbón y el petróleo.

"Este es un primer paso importante que tiene como gran promesa un método eficiente y rentable de producir combustibles", dijo Adams. "En el futuro vamos a refinar el proceso y comenzar a probarlo en una escala más amplia".

Información de Phys.org. Versión, edición y traducción de Sophimanía.

Artículo original y completo (en inglés) aquí.