Aparentemente el erizo púrpura de mar tiene todo en su contra para sobrevivir. Para alimentarse y protegerse, y conseguir así sobrevivir, depende de sus espinas y pinzas. No lograr formar su concha espinosa significaría para esta especie su extinción. Su situación en la naturaleza es complica aun más si tomamos en cuenta que en el futuro los océanos serían más ácidos, debido a que aumentrían los niveles de dióxido de carbono en la atmófera producto de la quema de combustibles fósiles, lo que dañaría su entorno natural, las costas rocosas de la costa.

Pese a estas evidencias, una nueva investigación genética muestra que el erizo púrpura de mar puede tener las reservas genéticas para adaptarse a tal medio hostil. Un estudio publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias el 8 de abril explica que, frente a una acidificación del océano en el futuro, estos erizos podrían desarrollar cambios genéticos rápidos que los ayudarían a sobrevivir. Así, si bien exteriormente no cambiarían mucho, si lo harían interiormente frente a las altas condiciones de CO2 en el ambiente.

Frente a los actuales cambios climáticos inducidos por la mano del hombre hay que preguntarse, no si habrá evolución o no, sino cómo será esta y cuándo. En el caso de los erizos púrpuras de mar, un experimento liderado por la bióloga Melissa Pespeni de la Universidad de Indiana en Bloomington, expuso a larvas de erizo a niveles actuales y probablemente futuros de acidificación; luego se tomó muestras de genes en ciertas etapas de desarrollo. El resultado de estos experimentos fue que las larvas experimentaron cambios genéticos en condiciones ácidas, y que los especímenes con genes mejor adaptados a condiciones de alta concentración de CO2 se hicieron más comunes. Para Pespeni: "En cierto sentido, es el comienzo de la evolución".

Los genes evolucionados determinan el desarrollo de proteínas que tienen que ver con procesos fundamentales como la extracción de minerales para la construcción de la concha, o el metabolismo de la grasa del animal. Las larvas expuestas a condiciones normales no muestran los mismos cambios como sí las expuestas a condiciones de altas concentraciones de CO2. Además, el cambio se efectuó de manera muy rápida; algunos especímenes mostraron cambios después de un día, pero los cambios más prominentes se presentaron al séptimo día.

Estudios previos sugerían que tanto estos erizos como otros organismos que forman conchas, se esfuerzan por desarrollarse conforme el océanos se hacía más ácido.

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No obstante, la reacción biológica de los erizos púrpuras no solo se relacionaría con la acidificación del océano. Otras amenaza sería la sobrepesca de huevos de erizo. Por eso, esta investigación sugiere que la clave para entender el impacto de la acidificación marítima en estos erizos implica tener suficiente diversidad en la población para permitir que las fuerzas naturales selectivas operen y escojan qué ejemplares sobreviven y se siguen desarrollando.

Al hacerse en el laboratorio y no en un entorno natural de cambio, "no sabemos si hay efectos secundarios negativos de tal cambio evolutivo rápido", señala Pespeni.

Asimismo, otra explicación acerca de la rápida adaptación del erizo púrpura es que ya viene preparado a un futuro con mayor acidez por el medio del que proviene, un ambiente oceánico de altas y bajas fluctuaciones de CO2. Esto quiere decir que los erizos provenientes de ahí pudieron haber desarrollado y conservado la capacidad genética para  enfrentar niveles altos de CO2. Además, Pespeni ha notado que tienen más variabilidad genética que la mayoría de otros organismos.

De ser así, esto también implicaría que muchos organismos de mar o tierra que no hayan tenido un tipo de exposición al cambio como sí los erizos púrpuras, no compartirían la misma resistencia ni flexibilidad genética para la adaptación. Frente a esta información aún compleja, para muchos es difícil prever consecuencias fijas sobre las especies en relación con su extinción y el cambio climático.  Así lo sostiene Dov Sax, profesor de la Universidad de Brown: "En este momento, no está  muy claro qué tipo de especies es probable que sean capaces de evolucionar para salir de problemas".

Información de Scientific American. Versión, edición y traducción de Sophimanía.

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