Durante toda esta semana y hasta el 26 de septiembre, un grupo de expertos científicos y funcionarios de 195 gobiernos se reunirán en Estocolmo para editar un documento de 31 páginas, que constituye una de las advertencias más fuertes a los gobernantes de todo el mundo respecto a las consecuencias del cambio climático.

El equipo, denominado Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPPC), presentará el día viernes un resumen editado que servirá como guía para los gobiernos, que se han comprometido a elaborar un acuerdo desde las Naciones Unidas para fines de 2015, con el fin de evitar los peores impactos en el medio ambiente. El documento viene siendo elaborado por 259 autores pertenecientes a 39 países.

Una de las principales conclusiones a las que ha llegado este equipo de trabajo es que, sobre todo, la quema de combustibles fósiles sería la causa principal del calentamiento global desde 1950, por lo menos con un 95% de probabilidad. En este documento se detalla que la quema de combustibles habría sido el factor predominante en el calentamiento de los océanos, el deshielo de los polos, el incremento de los niveles del mar, entre otros fenómenos climáticos.

Para frenar esta serie de impactos nocivos, la propuesta de solución que el equipo de trabajo contempla es llamar a los gobiernos a que corten de manera drástica las emisiones de gases de efecto invernadero. 

El estudio sostiene que las temperaturas del planeta podrían aumentar hasta en 4,8 °C, pero podrían disminuirse a 0,3 °C si los gobiernos se comprometen seriamente a realizar profundos recortes en las emisiones de efecto invernadero. No obstante, los gobiernos hasta ahora se han comprometido solamente a limitar el aumento de temperatura a 2°C.

Asimismo, el borrador del documento sostiene que, de no disminuir las emisiones de gas de efecto invernadero, el nivel del mar podría aumentar de 26 hasta 81 cm este siglo.

El impacto no solo se percibirá en el medio ambiente o el ecosistema, sino en la economía de los países. Por ejemplo, la sequía de 2010 que padeció Rusia generó que los precios mundiales de los cereales subieran de manera considerable. Para los investigadores miembros de la IPCC, al querer disminuir la crisis económica mundial, los gobiernos se han centrado en factores técnicos y no han visto el factor climático como esencial.

Es más, desde un análisis técnicamente económico, muchos informes sostienen que la generación de energía renovable es más cara que si se emplea combustibles fósiles. Sin embargo, este tipo de evaluaciones deja de lado los costos ocultos que produce el uso de este tipo de combustible para el medio ambiente y la salud de las personas; no contabilizan la inmensa cantidad de secuelas y costos en salud que se origina de este negocio.

En un estudio publicado en la revista Nature Climate Change, el científico Jason West y un equipo de especialistas han establecido la correlación entre las muertes y la exposición a contaminantes atmosféricos indirectamente desarrollados por el cambio climático. A través del empleo de métodos de modelización, encontraron que si se logra disminuir la emisión de gases, entonces unas 500.000 muertes prematuras podrían evitarse para el 2030, y unas 800.000 para el 2050.

West y un equipo interdisciplinario de la Universidad de Carolina del Norte, el Pacific Northwest National Laboratory, el UCAR/NOAA Geophysical Fluid Dynamics Laboratory y el Centro Nacional de Investigación Atmosférica, emplearon métodos de simulación para calcular los beneficios de la reducción de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Encontraron que la disminución de gases de efecto invernadero generaría un beneficio global promedio de entre $50 y $380 por cada tonelada de dióxido de carbono, medidos en función de la disminución de la mortalidad.

Tan necesaria como rentable es la reducción de estos gases; lo único que falta para lograr su disminución es voluntad y compromiso político por parte de los gobiernos responsables cuyo deber es restringir y limitar la emisión en función de la salud de sus poblaciones.

Edición y traducción de Héctor Cárdenas para Sophimanía.

Fuentes: Reuters y Discovery News