En las culturas precolombinas se creía que el oro era un regalo de los dioses, que no era un metal oriundo de nuestro planeta. Según estudios actuales los antiguos hombres habrían acertado en que el oro no proviene de la Tierra. Investigadores señalan que el metal precioso llegó a nuestro planeta en una lluvia de estrellas. 

"¿Por qué encontramos pepitas de oro en la superficie de la Tierra?", pregunta el escritor científico John Emsley. "La respuesta a eso es que han llegado del espacio en forma de meteoritos".

Nuestro planeta tiene 1,3 gramos de oro por cada 1.000 toneladas de otro tipo de materiales de la corteza terrestre, según los científicos, una cifra demasiado alta como para encajar con los modelos estándares de formación de nuestro planeta.

Después de su nacimiento hace 4.500 millones de años, la superficie de la Tierra estaba cubierta de volcanes y rocas fundidas. Después, durante decenas de millones de años, la mayoría del hierro se hundió desde la capa exterior conocida como el manto hacia el núcleo de la Tierra. El oro se habría mezclado con el hierro y se habría hundido con él.

Matthias Willbold,  geólogo del Imperial College de Londres considera que todo el oro debería haber desaparecido en ese proceso. 

La respuesta más común entre los científicos para este enigma es la lluvia de meteoritos.

"La teoría es que después de que se formó el núcleo terrestre hubo una lluvia de meteoritos que impactó contra la Tierra", explica Willbold. "Esos meteoritos contenían una cierta cantidad de oro que rellenó el manto y la corteza continental de la Tierra con oro".

Willbold explica que esta teoría coincide con el patrón de actividad meteorítica tal y como la conocen los científicos, que tuvo su punto culminante en una inmensa tormenta que se dio hace 3.800 millones de años conocida como "bombardeo terminal" .

El impacto de los meteoritos, que provenían de un cinturón de asteroides que todavía existe entre la Tierra y Marte, provocó los cráteres que vemos en la Luna. 

La primera vez que se mencionó la teoría de la lluvia de meteoritos fue en la década de los 70 tras los viajes a la Luna de las naves Apolo . La hipótesis de algunos científicos era que tanto la Luna como la Tierra habían sido impactadas por meteoritos ricos en iridio, conocidos como condritas, del espacio exterior. Mientras que en el caso de la Luna la carga de la lluvia quedó dispersa sobre su superficie, en el caso de la Tierra la actividad interna del planeta revolvió la carga de la lluvia con el manto terrestre.

Dicha teoría también ayuda a explicar otras muchas anomalías de la composición terrestre. Según los investigadores, los mismos meteoritos trajeron el carbono, el nitrógeno, el agua y los aminoácidos que son vitales para la vida en nuestro planeta.

"Son básicamente los pilares de la Tierra", sostiene Willbold.

Hipótesis de las rocas de Groenlandia 

En 2011, el mismo Willbold, en compañía de un equipo de las universidades de Bristol  y Oxford  examinaron rocas de Groenlandia  provenientes de una parte del manto de la Tierra que no fue afectada por los meteoritos, por un periodo crucial de unos 600 millones de años.

El equipo analizó el contenido en las rocas de tungsteno  halladas allí. Ese elemento tiene similitudes con el oro pero aparece en diferentes formas o isótopos y esto ofrece mayor y mejor información histórica a los científicos.

"La composición de isótopos de tungsteno de estas piedras era básicamente muy diferente de la composición de isótopos de tungsteno de otras", señala Willbold.

El científico deduce que las rocas que encontraron en Groenlandia, son un residuo y a la vez una prueba de la composición de la Tierra antes de que comenzara la lluvia de meteoritos bañados en metales preciosos. La que se cree que tuvo lugar entre hace 4.400 y 3.800 millones de años.

Esta hipótesis parece la mejor explicación al inusual perfil de isótopos de tungsteno de las rocas de Groenlandia, pero ha sido rebatida.

Hipótesis de las rocas de Rusia

En 2012, Mathieu Touboul  y un equipo de la Universidad de Maryland  analizaron otras rocas, esta vez de Rusia, bastante más jóvenes que las del estudio de Groenlandia, de hace 2.800 millones de años.

Estas rocas jóvenes presentaban un alto contenido de elementos conocidos como "siderófilos" -el grupo de metales que incluye al oro. Pero en cuanto a isótopos de tungsteno, las rocas resultaron ser muy similares a las que halló Willbold en Groenlandia. Pero sin embargo provienen de la época en la que se cree que se produjo el bombardeo de meteoritos. Por lo que Touboul cree que las diferencias en el manto de la Tierra son las causantes de que los isótopos de tungsteno se desarrollasen de maneras diferentes mas no la tan mencionada lluvia de meteoritos.

Otras teorías

Para Munir Humayun,  de la Universidad Estatal de Florida, la teoría de la lluvia de meteoritos bañados, dejó de contestar viejas preguntas y comenzó a generar otras nuevas.

Humayun, junto a un grupo de científicos propone una teoría alternativa. Sugiere que todo el oro de la corteza de la Tierra -o la mayor parte de él- ya estaba en el planeta. La mayor parte se aleó con hierro y migró hacia el núcleo de la Tierra, pero una porción significativa -quizás un 0,2%- se disolvió en un "océano" de magma a 700 kilómetros de profundidad en el manto externo. Más tarde, el oro resurgió hasta la corteza terrestre a través de la actividad volcánica.

Sin embargo, a pesar de la cantidad de teorías que intentan explicar el origen y la abundancia de oro en nuestro planeta, ninguna de ellas ha podido ser confirmada de manera científica y concreta.

Editado y redactado por Paul Moreno para Sophimanía.

Fuente: BBC

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